
Mi nuca mojada siente la brisa del anochecer;
La magia en los instrumentos
La danza de los árboles
El universo en comparsa
El principio de todo fin
El amargo de tus ojos
El azúcar del café
Y Capto, descubro, exploro, conozco, aprendo y crezco.
Aquí estoy, en la página diez fumando un cigarrillo. Sentí tu ausencia mucho antes de abrir la puerta y al hacerlo me adentre a un cuarto lleno de recuerdos y vivencias.
Busco rastros dejados por unas vidas alejadas, por unas risas apagadas, por unas colillas quemadas en ceniza. Doy vueltas y vueltas y vuelvo a fumar. Me quemo las yemas de los dedos sin importar el sufrimiento.
Este es mi templo, mi templo de concentración, de nuevas ideas, de increíbles visiones.
Actuaciones de la vida, mentes divagantes. Todos en búsqueda de ese elixir que nos pinta la sabiduría. Me siento al espejo y me fumo un cigarrillo . El tiempo se detiene y se escucha un silencio. El humo sube y trasciende en mis pensamientos.
Mi oído musical toma vida y dictamina sensaciones. En poco saldré a actuar, sobre ese escenario que muchos llaman vida.
A veces pienso en todo eso que conozco y que tanto me gustaría desconocer. Como sería poder filtrar la mente, será esa la utopía de los más grandes sabios.. la paz mental?
Y no se que es peor, porque si llego a filtrar esos conocimientos la simple excitación de conocer cosas nuevas me impulsarían a querer experimentarlas, y sería todo un retroceso a todo esto que ahora escribo.
Y vivir quizás en años pasados, donde no era necesaria tanta información, tanta tecnología. Donde el amor era real y puro. Donde las cartas aun existían y el andar era todo un placer.