Aquí estoy, en la página diez fumando un cigarrillo. Sentí tu ausencia mucho antes de abrir la puerta y al hacerlo me adentre a un cuarto lleno de recuerdos y vivencias.
Busco rastros dejados por unas vidas alejadas, por unas risas apagadas, por unas colillas quemadas en ceniza. Doy vueltas y vueltas y vuelvo a fumar. Me quemo las yemas de los dedos sin importar el sufrimiento.
Este es mi templo, mi templo de concentración, de nuevas ideas, de increíbles visiones.
Actuaciones de la vida, mentes divagantes. Todos en búsqueda de ese elixir que nos pinta la sabiduría. Me siento al espejo y me fumo un cigarrillo . El tiempo se detiene y se escucha un silencio. El humo sube y trasciende en mis pensamientos.
Mi oído musical toma vida y dictamina sensaciones. En poco saldré a actuar, sobre ese escenario que muchos llaman vida.