
Te recuestas en la arena, tus pies juguetean con ella. La energia del mar, de los peces, entran en ti en son de paz. El sol esta radiante, te refrescas con agua de coco... los sonidos empiezan a mezclarse y crean en ti cosquillas de colores. Sientes el rojo intenso de las pinzas de un cangrejo en tus mejillas. Cantan las tortugas y bailan las palmeras. Te sumerges en el agua y te dejas arrastrar por la marea de felicidad. En lo mas profundo te encuentras a una manada de delfines jugando a las cartas y a una caracola fumando cigarrillos. Todo parece tan normal como aquella estrella marina que te saluda a lo lejos y te invita a pasar. Eres una sirena y el mar es tu hogar. De repente algo tira de ti, con mucha fuerza. Empiezas a brincar de dimension en dimension, sientes las palpitaciones de tu corazon. Abres los ojos, sigues en la playa. Las palmeras han dejado de bailar y las tortugas de cantar. Alguien te toma en brazos y te susurra en el oido: que tal el agua de coco, sabrosa verdad?...