
El poder que tiene la música en mi cuerpo no se asimila a ninguna otra sensación vivida. Conecta con mi cerebro.. circula por todas las venas de mi cuerpo. Controla mis movimientos, inventa un éxtasis, lo lleva a su máximo nivel. Y en ese instante, en ese nivel de placer lleno de sensaciones gratas, mi yo interno baila, brinca, patalea y recorre todo el universo. Y alla en otras galaxias siento mi cuerpo como ondas de energía, energía invencible.
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